Jaime Guzmán...Ultimo discurso: Voto que no
Juzgue el lector porque la izquierda ajustició al honorable profesor y parlamentario,
Este es el fundamento del voto del senador Jaime Guzmán E. en la discusión legislativa acerca de la facultad presidencial para indultar terroristas.
Su último discurso en el Congreso Pleno del 23 de Marzo de 1991:
Los parlamentarios de Unión Demócrata Independiente (UDI) asumimos el imperativo de conciencia de rechazar el proyecto de reforma constitucional sobre el cual hoy se pronuncia el Congreso Pleno.
Durante el debate de este proyecto en ambas ramas del Congreso, la posición de nuestro partido fue expuesta en forma detenida y fundada.
Reafirmamos aquí esas intervenciones y nos remitimos a ellas para un conocimiento más completo de nuestro punto de vista.
Como entonces lo manifestamos, el proyecto en cuestión contiene algunos aspectos que nos parecen plausibles, con las salvedades y reservas que en esa ocasión señalamos.
Sin embargo, la médula de esta iniciativa radica en la atribución que se concede al Presidente de la República para indultar terroristas, por delitos de ese carácter cometidos antes del 11 de marzo de 1990.
Se mantiene así, hacia el futuro, la sabia norma de la Constitución de 1980 que excluye del indulto presidencial a quienes sean condenados por delitos terroristas. Pero se le introduce una excepción. Se permite dicho indulto, si se trata de delitos terroristas cometidos antes del 11 de marzo de 1990
Señor Presidente:
En estos días, han entrado en vigencia diversas normas destinadas a agilizar los procesos de personas procesadas por leyes especiales, a los que algunos equivocadamente denominan “presos políticos”. Tales disposiciones incluyen importantes cambios de competencia.
Nuestro partido concurrió a aprobar esas modificaciones en ambas Cámaras, porque aun cuando los mal llamados “presos políticos’ están inculpados de graves delitos, ellos merecen -como toda persona- un juzgamiento adecuado y justo.
De consiguiente, sin necesidad de la reforma que hoy vota este Congreso Pleno, el Presidente de la República podría indultar a todos los denominados ‘presos políticos”, una vez dictadas las sentencias respectivas, salvo exclusivamente a quienes sean o resulten condenados por delitos terroristas.
La ciudadanía debe saber así que esta iniciativa tiene por objeto preciso que el Jefe del Estado también pueda indultar terroristas.
Cuando aludimos a terroristas, no formulamos ninguna apreciación subjetiva o controvertible. Nos referimos a personas condenadas judicialmente por delitos que la ley define como conductas terroristas, según el texto legal revisado y aprobado por este mismo Parlamento. Son esas las únicas personas que sin esta reforma, no podrían beneficiarse conel indulto presidencial. Para permitir tal indulto de esas personas, que objetiva e incuestionablemente son terroristas, se ha impulsado la enmienda constitucional que hoy vota este Congreso Pleno.
Esta reforma tiene así como potenciales beneficiados al grupo más peligroso de los mal llamados “presos políticos’, porque el eventual indulto de todos los demás, no requeriría en absoluto de esta modificación constitucional.
Juzgamos que lo anterior es profundamente grave e inconveniente para el país. Por eso rechazamos esta reforma.
Se pretende tranquilizar a la opinión pública, invocando la prudencia con que cabría presumir el ejercicio de esta atribución por el actual Presidente de la República. La ciudadanía no debe dejarse confundir por ese argumento, ya que él arranca de un supuesto equivocado.
Por una parte, la facultad de indultar a los referidos terroristas no se está confiriendo aquí sólo al actual Jefe del Estado, sino también a quienes le sucedan en su cargo hacia el futuro. Aquellos terroristas que no sean acreedores al referido beneficio, conforme al criterio del Presidente Aylwin, podrán ser así indultados por futuros gobernantes, cuyos criterios obviamente nadie puede adivinar.
En consecuencia, no es admisible aprobar esta reforma ponderando sólo los enfoques
o cualidades personales del actual Jefe del Estado.
Pero hay más, señor Presidente.
Consideramos que esta iniciativa representa un gigantesco error, del cual tal vez muy pronto tendrán que arrepentirse los propios sectores que hoy la están aprobando.
En efecto, si el actual Presidente de la República ejerce esta atribución en forma más restrictiva que lo comprometido en el programa de la Concertación, no indultando a terroristas que conforme a dicho documento deberían ser indultados, se generará una explicable presión de los grupos más extremos que apoyaron a don Patricio Aylwin corno candidato presidencial. Los efectos de esas presiones, que pueden ser sangrientas, aparte de dañar a los afectados por ellas, no perjudicarán sólo al Gobierno, sino al país entero.
Por el contrario, si el actual Jefe del Estado se atiene al programa de la Concertación, otorgando el indulto con la amplitud establecida en su texto, quienes desde la oposición han contribuido a posibilitar la aprobación de esta reforma, no podrán eximirse de su propia responsabilidad respecto de tales indultos.
Cualquier intento por desligarse de esa responsabilidad pretendiendo circunscribirla únicamente en el Jefe del Estado, les sería replicado con la evidencia de que nadie podía dejar de prever que la facultad que hoy se otorgue al Presidente de la República se ejercería ciñéndose al programa que lo llevó a la Primera Magistratura de la Nación.
Desde otra perspectiva, el año transcurrido desde marzo de 1990, nos demuestra, en forma tan elocuente como dramática, que la amenaza terrorista sigue vigente. La creencia de que el advenimiento de la plenitud democrática haría desistir a los terroristas de sus desquiciados afanes se ha visto crudamente contradicha por los hechos.
El desafiante recrudecimiento del terrorismo se ve actualmente agudizado por el incremento de la delincuencia común, que también inquieta con creciente angustia a los chilenos. Los vasos comunicantes entre elterrorismo y la delincuencia común son suficientemente conocidos, como para perfilar las reales dimensiones de tan delicado problema.
Estamos convencidos que la ciudadanía observa con desconcierto y estupor que, en este preciso momento, el actual Congreso Pleno se reúna para ratificar -como la primera reforma constitucional que aprueba- una enmienda que permite el indulto Presidencial de terroristas.
Nuestro partido ha contribuido en este Congreso a muchas iniciativas tendientes a la reconciliación entre los chilenos. El país puede estar cierto de que continuaremos haciéndolo, teniendo siempre presente que tan noble objetivo requiere una adecuada ecuación entre la generosidad y elrealismo.
La reconciliación nacional exige especial acierto, tino y equilibrio en los instrumentos que se diseñen para lograrla. Consideramos que esta enmienda constitucional no cumple con esos requisitos, porque ningún paso tenderá efectivamente a dicha reconciliación, si él pone en peligro la seguridad de las personas o la paz social.
Señor Presidente:
Votamos en contra de esta reforma constitucional, porque somos contrarios a que personas condenadas por delitos terroristas, puedan ser indultados por la sola voluntad del Presidente de la República, cualquiera que ésta sea.
Votamos en contra de esta reforma constitucional, porque tanto en la campaña electoral de 1989 como hoy, discrepamos del programa de la Concertación en materia de indultos. No podríamos sentirnos actuando de modo consecuente con ello, si concurriéramos a ampliar ahora el ámbito del indulto presidencial.
Votamos en contra de esta reforma constitucional, porque nos parece queella envuelve una pésima e incomprensible señal para el país, cuando elrecrudecimiento terrorista y de la delincuencia común, reclama una actitud particularmente firme, y sin equívocos, de todas las autoridades públicas ante tan seria amenaza.
Señor Presidente, voto que no.”
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