Los grandes monopolios globalistas, no serán afectados como los "chicos de las economías"(sic), por lo contrario los hilos que han movido les aseguran la continuidad de su reinado. Cualquiera que sea el próximo presidente tendrá que seguir lidiando con los monopolios globalistas, que por naturaleza aspiran constantemente a manejar para su provecho la economía mundial.
Por lo tanto somos nosotros, la clase media, los pobres los que tenemos que encontrar la manera de adquirir poder político y porque no decirlo también fuerza económica o peso para que no seamos desplazados ni usados. La crisis crediticia de los Estados Unidos nos afectará a todos, y no solo este año sino también el que vienen, y los medianos y pequeños capitalistas, los trabajadores en general debemos hacerle frente.
Es la partida "hay que saber hacer". No estamos en las mismas condiciones de aquellos años, hoy la "economía" chilena puede enfrentar la crisis holgadamente, y existe una oportunidad única y obligatoria de enmendar rumbos, un sólo ejemplo...el Transantiago, este es un proyecto fracasado, con la crisis nadie lo salva excepto el libre mercado, "desregular ahora" las amarillas, las verdes, las rojas, a la calle...más trabajó y ahorro para el Estado y no más perdidas. Y también así con el mediano y pequeño comercio e importadores, con las pequeñas industrias, con los medianos y pequeños exportadores. La lección esta a la vista, los grandes monopolios y los oligopolios no pueden hoy ni nunca podrán ser parte integral de una verdadera economía libre sino existe la PEYME fuerte y funcionando plenamente. Al respecto consideremos este ejemplo y mencionemos a los norteamericanos nuevamente: “El golpe ha sido tan grande que a los consumidores estadounidenses les llevará cierto tiempo empezar a comprar otra vez, o a pedir créditos”, dijo Mustafa Mohatarem, jefe de economistas de General Motors.(Miami Herald versión en español INTERNET 08 de octubre de 2008). Qué quiere decir esto... que las grandes compañías acusaran la contracción y la desaceleración del crecimiento de la economía norteamericana, y puesto que esta es uno de los motores de la economía mundial y fuente principal del intercambio comercial de muchos países incluyendo Chile, esto tendría que afectarnos, menos turistas, menos inversión, menos ventas etcétera. Entónces lo concluyente es que tenemos que abocarnos a que la inevitable falta de crecimiento anual que afectará a los EE.UU., nos afecte a nosotros con la misma intensidad. Y ya mencionamos anteriormente algunos ejemplos de como hacerlo. Y como esta situación se observara en otros mercados a los cuales estamos también ligados, veremos caer nuestras exportaciones, y el intercambio obviamente sera deficitario puesto que tenemos que seguir consumiendo y viviendo, y en toda Sudamérica se sentirán los efectos, los uruguayos venderán menos carne, los argentinos menos soya, los venezolanos menos petróleo, menos turistas en Colombia, en Perú. Y que habrán menos préstamos, moras en las deudas, más intereses, postergación de proyectos de modernización... en fin el cuadro parece demasiado crudo y trágico, pero para Chile no lo será si sobrepasamos la calamitosa y fastidiosa forma de gobierno de la izquierda. Remarquemos. Que la crisis, que el rescate, que el crecimiento mundial, que la reactivación y todo lo que tenga relación con lo que esta sucediendo en el mundo, son realidades que afectan a nuestro país, pero existen bases reales para asegurar que esta coyuntura es una oportunidad innegable para que cambiemos el rumbo actual. El legado del GM incluye soluciones para enfrentar crisis económicas, hoy más que nunca estan vigentes las recetas de volver a la "austeridad y precaución", con la que se deben manejar los dineros y las finanzas del Estado, y algo que no debe pasarse por alto hoy es el tiempo de revisar la actual política impositiva que golpea terriblemente a los más pobres. Técnicos, profesionales, profesores investigadores constituyen una basta gama de expertos que pueden dirigir e impulsar las medidas necesarias para volver nuestra economía a un real capitalismo, y en lo particular nuestro país, llevar a cabo esto, sin apartarse de la realidad, y así enfrentar cualquier desafío exento de pragmatismos inicuos, pero enmarcados en una real economía de libre mercado, en la que todos los ciudadanos como agentes emprendedores puedan participar, libre y democráticamente. Ciertamente podemos salir adelante, pero esto exige necesariamente un cambio.
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