El sensacional rescate de 15 rehénes de las garras del más grande del grupo izquierdista terrorista de América Latina, ha puesto de relieve la gran disminución del poder de ataque, de una organización que sólo hace seis años amenazó con rebasamiento del gobierno colombiano.
Alimentada por la ideología izquierdista (marxismo) e inundada de los beneficios del tráfico de estupefacientes de la extorsión y el secuestro, la otrora poderosa, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o FARC, se encuentran ahora con un sólido frente de militares colombianos encabezado por un presidente popular.
El grupo ha sufrido la muerte de los líderes principales, una gran escala deserciones de sus filas, y poco a poco se comienza a dar paso a un proceso de división de sus frentes lo que redunda en problemas de distribución del dinero que necesitan para mantener sus operaciones.
Ahora que las FARC han perdido sus rehenes "estrellas" - la ex-candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres contratistas de Defensa de los EE.UU., a quienes los rebeldes consideraban como escudos humanos contra todos los ataques que el gobierno colombiano hasta hoy había llevado a cabo - otra historia se comienza a escribir.
La naturaleza de la misión de rescate - en la que agentes del gobierno se hicieron pasar como rebeldes, y los rehenes fueron liberados sin disparar un solo tiro - fue ampliamente visto como una profunda humillación y el desastre de relaciones públicas para las FARC.
Funcionarios de seguridad de Colombia advierten que el grupo rebelde a pesar de sus bajas, deserciones y problemas de logística, aun mantiene una capacidad de fuego que se debe respetar.
El número de militantes ha disminuido en alrededor de la mitad en la última década, pero todavía tiene alrededor de 10.000 guerrilleros armados, desplegados desde la costa del Caribe hacia el Istmo de Panamá , y una dotación de artillería media, lanza misiles y morteros .
Y sigue teniendo en su poder 700 rehenes, por los que no existe posibilidades de una negociación rápida que ponga fin a los largos 44 años de insurgencia terrorista.
Para el Presidente Álvaro Uribe, impulsor de una estrategia agresiva, en la lucha en contra de las FARC, y que cuenta con el respaldo de unos 5 millones de dólares de un paquete de ayuda de EE.UU., esta operación y sus resultados,viene a ser es una gran victoria para su política, ya que todo el mundo reconoce en el hecho, que liberar a 15 rehénes tan importantes, sin disparar un tiro, viene a sentar un precedente nunca antes visto en el desarrollo de operaciones de rescate de esta naturaleza.
Uribe tomó posesión de su cargo en 2002 en un momento en que la capital colombiana fue prácticamente rodeada por las fuerzas de las FARC.
Un ataque de misiles y de mortero empañaron la toma de posesión del mando de la Nación.
Desde entonces, Uribe se aboco a reforzar el número de tropas gubernamentales, las que han sido aumentadas en un 40 por ciento, lo que ha traído como consecuencia la mejora en gran medida de las capacidades de vigilancia. Las tropas colombianas han perturbado la logística y han dado muerto o capturado numerosos lugartenientes claves de las FARC, dejando al movimiento guerrillero acosado y desmoralizado.
Fuentes de la Inteligencia Colombiana aseguran que las FARC, ya no controla de manera significativa las ciudades, y que paulatinamente se han reducido a una serie de bandas que operan en reductos aislados con un fragmentado comando central.
Estas fuentes sostienen que el reclutamiento de guerrilleros se ha reducido, y las tensiones con la población civil han aumentado, ya que las FARC buscan jóvenes reclutas - algunos tan jóvenes como de 13 años - esto causa la repulsa de la población afectada, además del rechazo natural de los simpatizantes urbanos que no quieren verse envueltos en el combate rural.
Los desertores también dicen que los comandantes del nivel medio viven con el temor de ser entregadas por los combatientes, esto debido al valor de los altos rescates ofrecidos por el gobierno colombiano.
Uribe ha rechazado siempre la idea de celebrar conversaciones con los rebeldes, argumentando que de hacerlo se les otorgan legitimidad política, lo que hace prever que la persecución a las FARC seguirá incruenta.
Y el rescate de los 15 rehenes, viene a ser una buena demostración de lo acertada que es la política y la lucha que esta dando el presidente Uribe en contra de la lacra izquierdista que en su momento pudo poner de rodillas a la Nación colombiana.
Por: Carlos Toledolabarca.
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